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La revolución digital transformó nuestros hábitos, incluídos los del trabajo. Por eso, a la hora de pensar en la organización de nuestra fuerza de ventas, debemos equiparnos con las herramientas adecuadas.

Hoy en día, y gracias a las nuevas tecnologías y herramientas de gestión podemos, por ejemplo, planificar los recorridos y optimizar las rutas de distribución, y ordenarlas según la necesidad. Todo esto se traduce en una mejor organización de los recursos, pudiendo al mismo tiempo documentar la actividad, el flujo de ventas y los resultados.

Además, la geolocalización nos permite evaluar el desempeño de cada uno de los vendedores en relación a las visitas pautadas; pudiendo analizar si se cumple la planificación y conociendo el feedback del vendedor y del cliente, y así adaptar las estrategias para alcanzar los objetivos predeterminados.

Por último, y no menos importante, la digitalización nos da la ventaja de poder administrar y gestionar los datos prescindiendo de papeles o planillas de Excel; lo que nos permite reducir tiempo, error humano y la pérdida de información valiosa

En resumen, la digitalización a la hora de gestionar la actividad comercial se volvió imprescindible para mejorar procesos y mejorar el desempeño del equipo de ventas.